Mamadera: el templo de la música sanjuanina

El bar nació en un garaje y se convirtió en un espacio donde muchas de las bandas emergentes encontraron su primer escenario.
Todo comenzó en 2008, cuando Gonzalo Perpetuo y Juan Sancassani, dos jóvenes amigos, decidieron emprender un negocio. «Arrancamos como un delivery de bebidas», recuerda Gonzalo. Los muchachos contaban con un pequeño espacio ubicado en Salta y 25 de Mayo, donde apenas tenían unas heladeras y estanterías. La clientela, en su mayoría amigos, acudía a comprar bebidas y se quedaba en la vereda a charlar y pasar el rato mientras esperaba la noche para salir de fiesta. Con el paso de las semanas las reuniones crecieron de forma inesperada. Lo que comenzó como encuentros entre amigos se transformó en una multitud que ocupaba toda la cuadra. «Empezamos a tener problemas con los vecinos», cuenta Gonzalo, por lo que se vieron obligados a buscar un nuevo lugar donde la gente pudiera disfrutar de una cerveza bien fría.
Mamadera surgió oficialmente a finales de 2009, año en el que mudaron el negocio a su ubicación actual. Desde ese momento los dueños se encontraron con un gran desafío: limpiar y remodelar el gran desorden que había en el local debido a que este estuvo muchos meses sin ningún tipo de actividad. Pero aquel espacio, de unos 90 metros cuadrados, pronto se convertiría en un hogar para la música emergente en San Juan. El nombre del bar está inspirado en un lugar llamado «Mamadera y Biberón», ubicado en la provincia de Córdoba. Además fue un homenaje al icónico tema “Que me pisen” de Sumo, una banda que Gonzalo admira profundamente. «Quisimos trasladar esa fusión de géneros que hacía Sumo a nuestro bar».
Sin embargo, pronto comenzaron los cambios en el proyecto. Los socios tenían visiones distintas sobre el futuro de Mamadera. Mientras que Juan prefería crear un boliche, Gonzalo veía una oportunidad para que las bandas emergentes pudieran mostrar su música en vivo. Esas diferencias llevaron, finalmente, a una separación. «El primer desafío fue entre nosotros dos como socios», comenta Gonzalo. Juan vendió su parte y el negocio pasó a pertenecer en su totalidad a Gonzalo.
Con el paso de los años, en 2011, Mamadera comenzó a hacerse nombre en la música local. En San Juan, para ese entonces, existían grandes salas como La Sala del Sol o Hugo Espectáculos para eventos masivos, pero no un espacio pequeño e íntimo para unas 150 personas. Eso fue lo que diferenció a Mamadera de otros lugares. «Nos daba más placer darle esa posibilidad a las bandas emergentes que a las superconocidas», destaca Gonzalo. Allí tocaron bandas locales y nacionales que recién estaban surgiendo como Cuadros Colgados, La Mano de Filipi y Pasado Verde. El bar fue el escenario donde se formaron conexiones que impulsaron la carrera de muchas de ellas.
Con el tiempo, Mamadera se expandió. Gonzalo aprovechó sus habilidades en la metalurgia, hizo mejoras y amplió el lugar. De esta forma, la capacidad máxima aumentó a 300 personas. Para 2012, el bar se consolidó como un espacio reconocido en la escena musical sanjuanina. Bandas como Cápsula, 33 de Mano y Fondo de Bikini pasaron por su escenario. En los primeros años del local, era Gonzalo quien buscaba a los artistas que actuarían los fines de semana, sin embargo con el paso del tiempo fueron ellas las que empezaron a pedir tocar allí.
La esencia de Mamadera siempre fue la fusión. No solo en la música, donde se mezclaban géneros como el rock, el tango, el rap, el metal y hasta la electrónica, sino también en el público. Gonzalo logró crear un espacio donde se unificaban ambientes totalmente distintos. Por ejemplo, con frecuencia, se puede observar a personas que vienen del heavy metal disfrutar en una fiesta de electrónica. Esa capacidad de integrar públicos y géneros convirtió a Mamadera en un lugar único y sin precedentes en San Juan.
Desde 2014 hasta 2016, Mamadera vivió el mayor crecimiento en popularidad en su historia. Fueron los tiempos en los que la fama del bar se extendió más allá de San Juan, y comenzaron a llegar cantantes y músicos de otras provincias con la intención de tocar en su escenario. Durante esos años, importantes grupos pasaron por el bar: Hojas Secas, El Mató un Policía Motorizado y Usted Señálemelo. Durante este periodo empezó a correrse la bola entre las bandas por lo bien recibidas que eran por el público y la producción.
“La Mama”, que hasta entonces había luchado por sostenerse, comenzó a ganar notoriedad a nivel nacional. Hasta 2016, Gonzalo era quien se hacía cargo de toda la producción. Pero esa labor cada vez se volvía más compleja y demandante por lo que vendió parte del negocio a 3 nuevos inversionistas para que lo ayudaran con lo administrativo. A pesar de que en muchas ocasiones los costos eran muy elevados, el negocio continuaba creciendo y siendo redituable. La experiencia adquirida en esos años le permitió a Mamadera posicionarse como un lugar de referencia en la escena de la música independiente. Un logro que, hasta ese momento, ningún otro bar en San Juan había conseguido.
A partir de 2017, Mamadera comenzó a recibir invitaciones a eventos importantes. Uno de los más destacados fue el MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas) un encuentro cultural en Buenos Aires que reúne a productores, dueños de salas y bandas de todo el país. La participación en este evento permitió que el bar se conectara con productores de Mendoza, La Rioja, Córdoba y otras provincias. «En esa época, aprendimos muchísimo viendo otras formas de administrar un bar de este estilo», comenta Gonzalo.
La coproducción de eventos se convirtió en una forma clave de trabajo. Para traer más bandas de afuera, Mamadera empezó a trabajar con gente de otras provincias como Mendoza, San Luis y La Rioja. Este intercambio le permitió organizar recitales más grandes y sostener la presencia de bandas nacionales en su cartelera.
Pero el camino no siempre fue fácil, las crisis económicas y los cambios en la escena política presentaron desafíos. El más duro fue, sin duda, la pandemia del 2020. El negocio comenzó a generar pérdidas. Gonzalo y sus socios tenían que seguir cubriendo costos, como el pago del alquiler, pero no podían abrir sus puertas al público. Entonces, se vieron obligados a vender sus equipos de luces y audio, además de pedir plata prestada. En ese momento Mamadera contaba con un total de cuatro socios, pero, debido a la desfavorable situación, dos de ellos tomaron la decisión de abandonar el proyecto. Gonzalo y Facundo Ponce, su actual socio, decidieron resistir. «Tenía la esperanza de que, en algún momento, las cosas se iban a normalizar y seríamos de los pocos que aguantarían» afirma Gonzalo.
Después de la pandemia, Mamadera se reestructuró. Gonzalo y Facundo tuvieron que empezar prácticamente desde cero, comprando equipos de música poco a poco y reorganizando el negocio. Este esfuerzo trajo sus frutos ya que hoy el bar cuenta con una mejor administración, sistemas contables, digitalización de tickets y manejo de las redes sociales del local. Aunque el lugar ha cambiado, su esencia permanece intacta y sus dueños pueden sacar pecho por haber albergado más del 80% de las bandas que se encuentran en nuestra provincia en los 17 años que tiene el bar.
Hoy, Mamadera es más que un bar; es un ícono de la escena musical de San Juan. Desde sus humildes comienzos como un delivery de bebidas hasta convertirse en un espacio donde los géneros musicales se cruzan y las historias de las bandas se escriben, Mamadera sigue siendo un pilar para la música local. A pesar de las adversidades, Gonzalo Perpetuo y su equipo han logrado mantener vivo el espíritu de un lugar donde la cultura y la comunidad se unen, demostrando que, a veces, los sueños nacidos en un garaje pueden cambiar el rumbo musical de una ciudad.
*Esta nota fue realizada por Alejandro Sánchez, estudiante de la Lic. en Comunicación Social, dentro de la cátedra Producción Gráfica Institucional y fue publicada en la revista Hit Hat.
*La imagen destacada de esta nota fue tomada por Sergio Chirino