De esto sí se habla: el ciclo menstrual en los varones trans, una cuestión de derecho a la salud

De esto sí se habla: el ciclo menstrual en los varones trans, una cuestión de derecho a la salud

“Aquello que no se nombra, no existe”, dijo el profesor y filósofo francés George Steiner. Muchas realidades están todavía hoy excluidas de la agenda diaria. Eso potencia la desinformación y el estigma de diversas vivencias.

En particular, sabemos que gran parte del rechazo hacia la diversidad sexual está sostenida en estereotipos. La falta de información y también los silencios  impiden diálogos que permitan cambiar la óptica heteronormativa, y al mismo tiempo derribar mitos dañinos.

Uno de los tópicos más oscurecidos por esa mirada heteronormativa es el de la menstruación, atravesada por tabúes y mitos y limitada a un proceso biológico que transitan solo las mujeres cisgénero

El origen y causa de que existan tantas barreras para hablar de la menstruación está principalmente en la falta de Educación Sexual Integral. La ausencia de ESI en las instituciones educativas ha permitido que las personas sostengamos ideas sesgadas sobre los procesos biológicos y sociales.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que uno de los mitos alrededor del ciclo menstrual es que “las mujeres verdaderas menstrúan”. Según UNFPA, algunas mujeres enfrentan la estigmatización por no tener su periodo. Además de que “estas creencias pueden afectar a las mujeres que no ven una menstruación mensual, como las que tienen ciclos irregulares y las mujeres transgénero. Estas ideas también son perjudiciales para los hombres transexuales que menstrúan. Estos hombres pueden sufrir discriminación, acceso limitado a productos relacionados con la menstruación y acceso deficiente a instalaciones de lavado seguras y privadas”.

Cuando los principales espacios de socialización –familia, escuela, barrio, club- están integrados por personas que no comprenden la existencia de una identidad fuera de un rol heteronormativo y binario, las situaciones de discriminación son cotidianas.Hay chicos que no se están hormonizando, siguen con su periodo, y les da vergüenza”, cuenta Elián Sánchez, fundador y presidente de la agrupación Espartanos de varones trans. A pesar de que, como afirma Elián, “se puede ser un chico trans y menstruar, no va a cambiar tu hombría”, la desinformación, los silencios y la discriminación hacen más difícil aún la vida de quienes transitan el reconocimiento de su identidad, un proceso de por sí lleno de complicaciones.

Elián Sánchez, fundador y presidente de la agrupación Espartanos.

Elián Sanchez, quien actualmente trabaja en la Dirección de Mujeres, Géneros y Diversidad de la provincia, explica: “Es común, hemos nacido en un cuerpo que no es el nuestro y hay que adaptarse a él. Por eso no ayuda eso de que la familia te diga “Ya sos una mujercita”, y “hay que festejarlo”. Hay que tomarlo como que están creciendo y su cuerpo se está desarrollando, pero son varones, es una transición. Esto es importante para que se amiguen con la idea  las infancias trans, que no tengan miedo o se sientan mal por sentirse hombres y estar menstruando”.

Ellos tienen  la palabra

 “Mi nombre es Gabriel Nicolía, tengo 31 años, pronombre él. Comencé mi ciclo menstrual a los 13 años. Por parte de mi familia recibí buenos comentarios acerca de la etapa de crecimiento, me explicaron que me estaba empezando a desarrollar y los cuidados de higiene que debía tener en cuenta”.

Gabriel Nicolía

Para Gabriel el ciclo menstrual es un proceso natural, necesario para el desarrollo. Sin embargo, recuerda: “cuando menstruaba me sentía muy mal, porque al ser un varón trans, hay ciertas cosas que deseas que ya no sucedan. Ahora que no me pasa, porque estoy en un tratamiento hormonal, me siento muy bien”.

Alexis Escobar

“Mi nombre es Alexis, tengo 22 años y uso pronombres masculinos. Inicié el ciclo menstrual a los 11 años.  A la menstruación la podría definir como un proceso que pasa toda persona con vulva y que marca en cierta forma el comienzo de la pubertad”.

Alexis sigue menstruando. “Personalmente tengo etapas en las que me llevo bien con eso, por así decirlo. No me molesta ni me genera disforia, pero es incómodo en ciertos momentos de la vida diaria, por ejemplo ir a la facultad y tener que ir al baño público”. 

“Creo que un poco la base de la incomodidad con la menstruación es que todo el mundo la sigue viendo como algo estrictamente femenino y hasta las publicidades de toallitas o productos de gestión menstrual en general siguen pensando solo en mujeres. Terminás sintiendo que tal vez no deberías estar pasando por esto”, dice Alexis. 

Cuenta que a veces desearía empezar el tratamiento hormonal, “pero a la vez no quiero que a futuro se vea afectada mi  fertilidad para cuando desee y pueda tener hijxs”.

Micael Álvarez

“Soy Micael Alvarez, tengo 27 años y me identifico con el pronombre él.  Inicié mi ciclo menstrual con 11 años. El comentario más fuerte y perturbador que tuve fue «ya sos señorita». En cuanto a consejos, solo los recibí de mi familia y venían direccionados a la higiene”

Micael cuenta que le hubiera gustado no pasar por eso, o hacerlo con información de parte de un/a profesional. Actualmente transita el tratamiento de hormonización; “puedo estar tranquilo al saber que no tendré esos días de angustia que solía pasar”, dijo.

Identidad de género y acceso a la salud

Uno de los ejes centrales de la Ley N° 26.743 de Identidad de género, es que el Estado debe garantizar el goce de la salud integral a las personas trans, y potenciar el acceso a intervenciones quirúrgicas y/o tratamientos integrales hormonales. La ley asegura, además, un trato digno, respetando la identidad de género autopercibida.

Elián Sánchez, fundador de Espartanos, evalúa el cumplimiento de este derecho: “En una parte al 100% y en la otra no. En lo que es hormonización sí, pero en otras cuestiones de salud, nada. Piensan que con hormonizarlos ya basta y sobra, pero no es así. Pedimos lo que cualquier ser humano: que nos atiendan en todos lados y podamos acceder a todo. Te dicen que sí podés,  pero cuando te discriminan te limitan muchas cosas”.

Así cuenta Gabriel Nicolía su experiencia: “Sí me he realizado controles ginecológicos. Mi experiencia fue buena, pero me hubiese gustado que las preguntas en ese momento fueran más diversas o inclusivas. Por ejemplo, algunos ginecólogos dan por hecho que las relaciones son heterosexuales nada más”.

Alexis, por su parte, no se ha hecho controles ginecológicos: “me da un poquito de miedo, no sé ni cómo podría encarar la situación  Quiero encontrar algún/a ginecólogo/a que no sea de mente cerrada y evitar situaciones incómodas o malos tratos”.

Para Micael Álvarez la atención es mayormente buena en los servicios públicos, “pero en la parte privada queda mucho que trabajar. Hay profesionales que no se sienten obligados a capacitarse en estos temas y te atienden de manera errónea. Mi cuerpo ya carga con las secuelas de su falta de conocimientos”. Al consultarle si sufrió algún tipo de discriminación por su identidad, respondió: “Incomodidad por desconocimiento, no discriminación en sí.

Varones trans sanjuaninos agrupados

Elián Sánchez explica la falta de controles ginecológicos en el miedo de algunos chicos a ser juzgados o sufrir discriminación. Para el fundador de Espartanos, el panorama se agrava por la falta de información debido a la no implementación de la Educación Sexual Integral (ESI). “Estoy en contacto con los otros chicos de la agrupación, y de los 27 que somos, solo dos llevamos el control ginecológico. El porcentaje es muy mínimo, aunque ahora aumentó porque conseguimos por la parte privada algunos profesionales”, explicó Elián Sánchez, y agregó: “La ESI es muy importante no solo para lo sexual, sino que va a cambiar la mente de muchos chicos que no se aceptan”.

La Ley n° 26.743 reconoce el derecho a la identidad sexual autopercibida. Sobre esa base, Elián Sánchez explica:“la falta de respeto por tu nombre y género es denunciable. Si pasa en el hospital o en un centro de salud se le notifica al responsable del hospital para saber qué va a hacer la institución. De allí se radica una denuncia en la comisaría por discriminación y después en el INADI, o al revés. Porque es discriminación y estamos amparados por la ley”. 

Precisamente las dificultades en el acceso a la salud fueron parte de los motivos para la fundación de la agrupación Espartanos de varones trans, que también lucha por la visibilización del colectivo. “La agrupación empezó porque no hay nada similar a nivel provincial que reúna a varones trans. Nos unimos para luchar juntos, visibilizarnos más, acompañar y ponernos a la par de las chicas trans, es decir, no quedarnoss en el anonimato y sufrir la discriminación a escondidas”, explica Elián Sánchez.

Uno de los proyectos de la agrupación es el cupo laboral trans también para varones. Brindan orientación en el tratamiento hormonal y la cirugía, e incluso cuentan con información sobre médicos para derivar consultas. “La mayor parte es contención, eso es importante en la discriminación que estamos sufriendo tanto en lo laboral como en lo educacional y en salud”, cierra Sánchez.

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