Adopción de niñxs grandes: el derecho a la familia lo tienen ellxs

Adopción de niñxs grandes: el derecho a la familia lo tienen ellxs

Carmen tiene 12 años, hace un año y medio que vive con Betty, su mamá. Carmen vivió durante un tiempo en una residencia de la Dirección de Niñez de San Juan, a la espera de una familia adoptiva. Esa espera terminó el 28 de marzo de 2022 cuando con Betty comenzaron su vinculación. 

Niñxs y adolescentes tienen derechos reconocidos por normas nacionales y tratados internacionales de Derechos Humanos. Entre ellos figura el de tener una familia alternativa o adoptiva que los críe cuando no puedan tener contacto directo con sus madres y padres. 

En Argentina y especialmente en San Juan, reinan varios mitos que dicen que las parejas sólo quieren adoptar bebés recién nacidxs o de menos de un año de edad, que son muchísimos los requisitos y que el proceso de adopción es engorroso, difícil, extremadamente largo y burocrático. 

¿Qué pasa con aquellos niñxs y adolescentes que tienen más de un año de edad y menos de 18? ¿Cómo es el proceso de adopción en San Juan? ¿Existe un registro de niñxs y adolescentes “grandes” que estén en situación de adoptabilidad? Hay tantos interrogantes que se hace complejo encontrar respuesta para todos.    

Adoptar según la Real Academia Española es: “el acto jurídico mediante el cual se crea un vínculo de parentesco entre dos personas, adoptante y adoptado, de tal forma que establece entre ellas una relación de paternidad y/o maternidad con sus mismos efectos legales”.

Según la Ley de Adopción Nº 24.779 “la adopción es una institución jurídica que tiene por objeto proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales, cuando éstos no le pueden ser proporcionados por su familia de origen”. La adopción se otorga sólo por sentencia judicial y emplaza al adoptado en el estado de hijo, conforme con las disposiciones del Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

En Argentina existen tres tipos de adopción: plena, simple y de integración. La plena le da al adoptado la condición de hijo/a y extingue cualquier vínculo jurídico con la familia de origen. En este tipo de adopción la persona adoptada tiene en la familia adoptiva los mismos derechos y obligaciones de todo hijo e hija. Además, es irrevocable.

En la adopción simple, no se extinguen los vínculos con la familia de origen, sin embargo, la titularidad y la responsabilidad parental se transfieren a los adoptantes. La familia de origen tiene derecho a la comunicación con la persona adoptada y es revocable, a diferencia de la plena. 

También existe la adopción de integración que consiste en adoptar al hijo o hija de un o una cónyuge o conviviente.

Niñxs y adolescentes sin cuidados parentales

Fallecimiento, alejamiento de sus progenitores, enfermedades e incluso negligencia, llevan a niños, niñas y adolescentes (en adelante NNyA) de San Juan y de todo el país a esperar una familia. 

A la fecha, hay 165 niñxs y adolescentes institucionalizados, es decir que viven en alguna de las 16 residencias de la Dirección de Niñez de San Juan. De esxs 165, 55 están en situación de adoptabilidad

Las residencias de San Juan están divididas por edades y por sexo. Hay establecimientos de adolescentes mujeres solas o de varones solos. Después están las residencias para primeras y segundas infancias que son mixtas ya que permiten alojar a grupos de hermanos, por ejemplo. 

Algunas residencias son casas, que están dispuestas en distintos barrios y departamentos de la provincia y están acondicionadas para otorgar la mejor calidad de vida posible.  En las residencias los NNyA llevan una vida totalmente normal bajo la tutela de cuidadores y cuidadoras. Duermen, comen, realizan los deportes que les gustan, van a la escuela, tienen recreación y actividades al aire libre. También tienen Docentes de Apoyo para la Inclusión (DAI) o ayudantes terapéuticas en caso de ser necesarios y los cuidados médicos correspondientes. 

La licenciada en Psicología María Celia Más, perteneciente al Programa de Niños, Niñas y Adolescentes sin Cuidados Parentales dependiente de la Dirección de Niñez, explica que la institucionalización (es decir que un niño, niña o adolescente resida en alguna de las instituciones de la Dirección) es la última instancia. Antes, toman muchas decisiones para evitar  llegar a este punto. De hecho, existe una medida que se llama excepcional y busca que los NNyA se queden con otra persona y no ingresen a una residencia.

“Por ejemplo, esta mamá no puede, vamos a ver con otro familiar: la madrina, un vecino, un referente afectivo del chico, el papá de un compañerito que quiere asumir esos cuidados. Nuestro concepto es que el niño debe criarse en un ambiente familiar que a veces no es la familia de origen. Puede ser la familia extensa, referentes afectivos, pero siempre en un ambiente familiar, no en la institución”, dice Más. 

En la Dirección de Niñez existen diferentes programas que abordan la problemática antes que el Programa de Niños, Niñas y Adolescentes sin Cuidados Parentales. Por ejemplo, Fortalecimiento familiar, que brinda acompañamiento y asesoramiento sobre situaciones específicas. Luego cada municipio de la provincia tiene un área de Niñez para abordar directamente las problemáticas. También la Línea 102, es un servicio gratuito y confidencial, de atención especializada sobre los derechos de NNyA a la cual se puede llamar ante una situación de vulneración de derechos.

¿Qué es la situación de adoptabilidad? 

Ingresar a la residencia (estar institucionalizado) es la última instancia. La Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, marca 90 días con una posibilidad de prórroga de otros 90 días más para informar al juzgado cuál es la situación del NNyA.  Esos 6 meses son el tiempo para trabajar y determinar si quedará en situación de adoptabilidad o no. 

Según Celia Más es fundamental el trabajo de los equipos técnicos  teniendo en cuenta ese plazo marcado por la ley, para investigar y acopiar toda la información necesaria para conocer la situación de cada niñx. Se realiza un informe bastante complejo en el que tiene que ir todo lo que se ha hecho y todas las personas a las que se ha entrevistado para que este chico no esté en residencia. “Si no hay nadie que se pueda hacer cargo o que el equipo técnico evalúa que no es saludable para el niño, niña o adolescente regresar con esas personas se informa a juzgado que debido a todo lo informado y todo lo transcurrido se sugiere a su Señoría que el niño quede en situación de adoptabilidad” asegura Más.

Una vez que el equipo técnico de la Dirección de la Niñez presenta el informe en el que se detalla la situación del niño, niña o adolescente al juzgado, queda a la espera del dictamen del juez o jueza que lleva la causa. Con esa orden, el NNyA queda efectivamente en situación de adoptabilidad y es ahí cuando comienza el proceso de búsqueda de una familia. 

La Guía sobre Adopción en la República Argentina establece que pueden ser declarados en situación de adoptabilidad niños, niñas y adolescentes hasta los 18 años.

¿Cuándo se declara la situación de adoptabilidad? En primer lugar se evalúa que la permanencia en la familia de origen implica un riesgo para la integridad del NNyA. 

Entre los motivos para declarar la situación de adoptabilidad se pueden enumerar: la familia manifestó su voluntad de no hacerse cargo de su cuidado y crianza; fue abandonado y se desconoce su filiación; sus progenitores han fallecido y no se conoce su familia de origen o ampliada, o esta no puede o no desea hacerse cargo. 

No todos lxs niñxs que están en situación de adoptabilidad, sobre todo de 6 a 17 años, quieren ser adoptadxs y su voluntad es respetada. En esos casos, los NNyA permanecen en las residencias hasta cumplir la mayoría de edad. “Algunos no quieren. Incluso a los más chiquitos se les pregunta. No solo expresan querer o no, sino también el tipo de familia que les gustaría tener. Es todo un proceso elaborar esa familia que no pudo ser, que es su familia de origen y la posibilidad de abrirse a una nueva. Es un duelo que tienen que hacer” sentenció Celia Más.

La mayoría de edad y la no adopción

Lxs adolescentes que no fueron adoptados continúan en residencia hasta que cumplen la mayoría de edad. 

Explica Celia Más: “no es que cumplen los 18 y les hacemos el bolsito para que se vayan, no. Desde los 14 o 15 años se va trabajando la autonomía, no a todos los chicos los llevamos y los traemos, van a la escuela con su SUBE vuelven y devuelven la SUBE. Es así porque la idea es que aprendan a independizarse”. Sin embargo, no hay normas y reglas para todo. Cada proceso es individual. 

“Se trabaja la autonomía progresiva y el proyecto de vida. Porque si bien es difícil y duro lo que les ha pasado no son los únicos y en eso podemos dar testimonio. Tenemos muchos chicos y chicas que han podido salir adelante”, explica Más. 

La Dirección de Niñez trabaja con el Programa Nacional de Acompañamiento para el Egreso de Jóvenes sin Cuidados Parentales (PAE). El PAE es una política nacional de acompañamiento y contención a adolescentes y jóvenes de 13 a 21 años que viven en dispositivos de cuidado formal (residencias) y pueden permanecer en el programa hasta los 25 años si acreditan estudios. Además del acompañamiento, lxs adolescentes tienen acceso a un subsidio mínimo, vital y móvil. 

Celia Más cuenta que el equipo técnico de Niñez les busca a lxs egresadxs una residencia y el seguimiento continúa, “cada chico tiene un referente,  entonces tiene que venir a las entrevistas, lo van a ver donde está. Obviamente se acompaña a quien se deja acompañar y quiere, hay chicos que no se dejan acompañar aunque pierdan el dinero del subsidio”.

Registro Único de Adopción (RUA) 

En San Juan funciona desde 1989 el Registro Único de Adopción. RUA es un organismo de la Corte de Justicia de la provincia y está ubicado en la calle Entre Ríos  416 Sur en el primer piso de la Liga Sanjuanina de Fútbol. Está conformado por un equipo interdisciplinario de profesionales como Trabajadores y Trabajadoras Sociales, Psicólogos y Psicólogas y Sociólogos/as que tienen diversas funciones. 

Entre las responsabilidades del equipo técnico de RUA figuran: asesorar a los Jueces de Familia en la valoración y diagnósticos psicosociales de los postulantes a la adopción en la provincia; acompañar, asesorar y valorar los procesos de diagnóstico de capacidades parentales adoptivas; elaborar y mantener actualizada la nómina de aspirantes a adoptar, centralizando la información de postulantes de la provincia; acompañar, asesorar y valorar los procesos de inicio de vinculación, guardas preadoptivas y adopciones, que se dicten.

El trabajo del RUA tiene tres ejes transversales a todas las instancias del proceso de adopción:

  • Encontrar una familia para un niñx y no un niñx para una familia.
  • Entender que la adopción es un proceso, por ende no hay plazos cronológicos establecidos.
  • Cuidar de un NNyA durante toda su vida, es decir para siempre, con compromiso y responsabilidad, basado en el respeto a la verdad e identidad.

Para postularse como adoptante en el RUA, hay que reunir una serie de requisitos que no son para nada complejos. Quienes se postulen para la adopción deben tener un mínimo de edad de 25 años.

Equipo Interdisciplinario de Adopción RUA. Encargada del Registro de Adopción:
Lic. Teresita Inés Rodríguez. Profesionales del EIA: Sandra Izza, Socióloga; Mónica Basso, Psicóloga; Laura Ciancio, Lic. Trabajo Social; Ana Josefina Gil, Psicóloga; Leonor Moral, Lic. Trabajo Social; Claudia Silvana Ferrari, Psicóloga; Guillermo Sansone Basso, Administrativo.

La Licenciada en Sociología Teresita Rodríguez es quien está al frente del Registro y como encargada comenta: “hay mucho imaginario social y hay mucho folclore sobre la adopción. Todos creen que tenés que tener tu casa propia, un buen trabajo y en realidad viendo con detalle  los requisitos apuntamos a lo mínimo que pide la Ley de Adopción de nuestro nuevo Código Civil respecto a documentación personal. Sí pedimos acreditación de algún tipo de ingreso  como para poder mantener la crianza de uno o dos niños, depende la postulación de la familia, pero no se pide la escritura de una casa, por ejemplo”.

Lo más importante al momento de la postulación y durante todo el proceso, son las aptitudes que esa o esas personas tengan al momento de ahijar un NNyA. Según Rodríguez “es fundamental que la gente sepa que puede presentarse cualquier persona. Pueden ser personas solteras, separadas, viudas, parejas de ambos sexos, uniones convivenciales igualitarias o heterosexuales y también matrimonios”.

La institución de la adopción ha sido creada y pensada especialmente para lxs niñxs, para respetar y amparar su derecho a una familia. Esa es la mirada con la que trabaja el RUA. “Los adultos tienen derecho a presentar su solicitud  pero esta solicitud puede ser o no aceptada por un juez de familia” sentencia Rodríguez. 

En San Juan son cuatro los Juzgados de Familia de lo que se conoce como la primera circunscripción judicial. Quienes están a cargo de estos juzgados son: la doctora María Helena López, el doctor Gustavo Almirón,  el doctor Esteban De La Torre  y la doctora Marisa Valdéz.  De la segunda circunscripción judicial, los jueces de Jáchal  e Iglesia también tienen competencia en adopción.

Luego de la presentación de requisitos, comienza una serie de entrevistas que realiza el Equipo Interdisciplinario de Adopción (EIA) del Registro. Esas entrevistas son llevadas a cabo por psicólogas, una trabajadora social y una socióloga con cada postulante para que trabaje y construya lo que se conoce como Disponibilidad Adoptiva. “Las personas se postulan para un niño, para hermanos,  para un bebé de primera o segunda infancia, un preadolescente o adolescente y todo eso se construye en el proceso de entrevistas. No es algo solamente evaluativo sino que se acompaña, se orienta a estos postulantes para que según la realidad  de cada uno se puedan postular para poder llevar a cabo una adopción exitosa” dice Rodríguez.

En este proceso de entrevistas se trabaja la posibilidad de que los postulantes amplíen su búsqueda porque lamentablemente la mayoría llega pensando en un bebé recién nacido. Explica Teresita Rodríguez que a la fecha está costando que lxs postulantes piensen la posibilidad de adoptar hasta una primera infancia (5 años)  pese a que hay familias que tienen la posibilidad, no solamente económica  sino la disponibilidad de tiempo para poder pensarse en una familia  de más de un niñx o un niñx grande.

Concluído el proceso de entrevistas, el RUA  eleva e informa al Juez de Familia la carpeta de esa familia, y el juez o jueza da la aprobación o no de esta solicitud. Una vez que están formalmente inscriptos en el RUA empieza el tiempo de espera hasta que el juez solicita al Registro familias cuando se da la situación de NNyA en situación de adoptabilidad y se presentan todas las carpetas posibles. 

La Dirección de Niñez aporta cuáles son las características del NNyA y qué familia sería la mejor para este niño, niña o adolescente y el RUA aporta a la posible familia pero la última palabra la tiene el Juez o la Jueza de Familia.

Con amor no alcanza

Teresita Rodríguez afirma que es necesario prepararse para ser mamá o papá adoptivo. “La mayoría de las personas cree que no reúne las condiciones y cuando vos te fijás no son tantos los requisitos.  No es que buscamos familias ideales porque no existen las familias ideales. La carpeta generalmente se inicia con un taller donde planteamos a grandes rasgos la información general  que sea simultáneamente para todas las familias que se postulan y la idea es que ellos solos puedan descubrir sus deseos”.

Cuando se trata de adopción no hay tiempos cronológicos. Una vez iniciada la carpeta se trabaja para procesar toda la información que el RUA brinda a los postulantes. En muchos casos quienes se postulan ya llegan con todo resuelto y muchos otros necesitan elaborar sus propias historias. Pero la prioridad la tienen los NNyA; “una vez que un niño está en situación de adaptabilidad, por nuestra normativa, el juez tiene que resolver urgente la situación y eso tampoco es algo que se pueda medir en tiempos” comenta Rodríguez. 

Un gran mito que atraviesa la adopción son los tiempos, muchas personas no postulan porque en teoría el tiempo de espera es largo pero Teresita Rodríguez explica con mucha claridad que la espera se hace larga solamente cuando el o la postulante se centra en una mirada muy personal y solo quiere un recién nacido o un niñx “ideal”. Y afirma: “los niños que están en nuestra provincia son reales y están esperando una familia y esos son los casos que quizá van en tiempos cronológicos más rápido porque se postulan para los niños que ya necesitan una familia”.

Las estadísticas son durísimas. A medida que aumenta la edad del NNyA, disminuye la cantidad de familias postulantes. Al 7 de noviembre de 2023 hay 218 legajos activos, de los cuales 136 están en una categoría que se llama Transitoriamente No Disponible (TND). Las carpetas que están bajo esa categorización por varios motivos no se anulan sino que quedan en standby.    Por lo que efectivamente en este momento en nuestra provincia hay 82 carpetas (personas o familias) que esperan adoptar.

Otra estadística importante es que no son muchas las personas que se postulan para grupos de hermanxs o NNyA con alguna discapacidad.

Hay muchos casos de postulantes que adoptaron a un niñx que tenía su hermanx en residencia y luego iniciaron el proceso para poder adoptarlx también. 

Registro Nacional

En Argentina existe el Registro Nacional Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos al que el RUA adhiere por ley provincial; es por ello que la inscripción en el RUA es única y válida para todo el país. Solamente un juez o jueza de familia puede entregar a un niñx en adopción a personas que están inscriptas en el Registro. “Cuando se inscriben les consultamos si están dispuestos a ser convocados por jueces de cualquier otra provincia del país.  Las personas deben saber que en algún lugar de Argentina  van a poder encontrar a su hijo o hija”. 

Para mayor información sobre el RUA se puede acceder al sitio web o dirigirse a sus oficinas de lunes a viernes de 7.30 a 13.30 hs. 

Betty y Carmen, unidas por el mismo deseo

Hace un año y medio la vida de Carmen y de Betty cambió para siempre. Se encontraron el 28 de marzo del 2022 y desde ese momento se eligieron. Betty se convirtió en mamá con 43 años y Carmen en hija amada con 10 años. 

En el 2018 Betty tomó la decisión de ser mamá. Visitó a su médico, comenzó tratamiento psicológico y se puso manos a la obra para realizar un tratamiento de inseminación artificial. El procedimiento no funcionó, sin embargo ella siempre supo que iba a ser madre.

En noviembre del 2020 Betty llegó al RUA para presentar sus papeles y a comienzos del 2021 comenzó su proceso de entrevistas en el que analizó sus posibilidades y decidió más que nunca tener una familia monoparental. 

“Yo siempre decía seis, cinco, cuatro, tres años porque necesito la primera infancia  porque sé que se constituye un montón de la personalidad en esa primera etapa. Entonces era pensar con mucho miedo en adolescentes, o preadolescente. A raíz de la pandemia yo había tenido mucho trato con mi sobrina que en ese momento tenía 10 años entonces dije ok, hasta diez”, contó Betty, emocionada al recordar su historia. 

Carmen había vuelto a la residencia después de estar con una familia adoptiva cuya vinculación no funcionó. Al volver expresó su deseo: una mamá soltera, con una mascota y una familia numerosa. Y así fue. El 28 de marzo de 2022  su mamá fue a buscarla y en un breve diálogo empatizaron. Su primera pregunta a Betty fue: ¿querés ser mi mamá? y Betty le respondió sí, pero vos querés ser mi hija entonces y dijo que sí y  así fue, como un pacto desde el día uno. 

“En ese primer encuentro fue encontrar la mirada, encontrarnos, mirarnos y decir, bueno somos dos. Así como ahora que estoy emocionada porque cada vez que cuento la historia fue la misma emoción de verla y decir es mi hija”, aseguró Betty. 

Carmen es una niña valiente, resiliente y determinada. Ama compartir con su mamá los fines de semana de películas y helado. Disfruta como nadie de practicar natación y hockey sobre césped. Es empática, inteligente y muy cariñosa. Sueña con ser maestra o tatuadora y con ser hermana mayor de un niño adoptado. 

Betty, entre lágrimas asegura que volvería a elegir una y mil veces más a Carmen. “Mi vida es un antes y un después de ella. De alguna manera es el motorcito que le da sentido a muchas cosas. Es mi compañera y si ella no hubiera nacido yo hoy estaría sola. Estábamos destinadas a encontrarnos y gracias a la vida así fue”. 
Ojalá esta nota sirva para generar conciencia y, como reza una frase en el encabezado de la web del movimiento Adopten Niñes Grandes, que crecer en familia sea una realidad y no un sueño.

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