Vivir a crédito 

Vivir a crédito 

La pérdida del poder adquisitivo y la inflación que, aunque en menor escala, persiste, obligan a los/as argentinos/as recurrir a diferentes formas de crédito para cubrir necesidades básicas. Las tarjetas de crédito son las más elegidas, en muchos casos, para lograr el acceso a la canasta básica total. ¿Qué pasa en San Juan?

*La imagen destacada utlizada para esta nota es la obra «Dos recaudadores de impuestos» de Marinus van Reymerswale

El 91% de los hogares argentinos tiene deudas. El 30,5% corresponde a deudas asumidas a partir del uso de tarjetas de crédito y el principal origen de las mismas fue la compra de alimentos (58%) y de indumentaria (15%), la carga de combustible (11%) y el pago de impuestos y servicios (8%). Dicho en otras palabras, un alto porcentaje de argentinos/as se endeuda para poder comer y satisfacer otras necesidades contempladas dentro de la canasta básica total.  

Los datos surgen del informe sobre endeudamiento publicado en mayo por el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales del Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la provincia de Córdoba. A esta información se suma el informe monetario de mayo del Banco Central de la República Argentina, que indica que entre mayo de 2024 y el mismo mes de 2025 los montos de los pagos con tarjetas de crédito aumentaron un 75,8% (valor real). Y no solo hay más endeudamiento con tarjetas, sino que además creció la morosidad con las mismas. Según la Asociación de Bancos Argentinos aumentó la cantidad de personas que no pueden cancelar a tiempo las deudas que contrajo y en la mayoría de los casos la mora es con tarjetas de crédito. En febrero de este año, un 2,9% de las familias del país estaba en mora y ese número aumentó 0,3 puntos en relación al mismo mes de 2024. 

Gabriela Lirussi, Lic. en Ciencias Políticas y especialista en economía, hace una lectura de esta situación. “Lo que pasa es que los salarios nunca se recuperaron de la inflación que tuvimos en diciembre del 23”. La profesional agrega: “lo que se ha profundizado es la pérdida del poder adquisitivo, la capacidad de compra de tu salario real. Hace 2 años podías comprar la canasta básica y hoy, para comprarla, incurrís en endeudamiento”. 

Mariano Cáceres, magíster en Finanzas y Economía, socio de Fórmula Asesores Financieros, explica que para comprender lo que está sucediendo es necesario evaluar los cambios en los hábitos de consumo y de pago. Agrega que, en épocas de alta inflación, la tarjeta de crédito es utilizada como una alternativa financiera eficiente. Esto sucedió en los últimos años, sobre todo a partir de la aceleración de la inflación en 2018. “Pago el combustible con la tarjeta en una cuota y si tengo la plata le hago tasa de interés y pago dentro de un mes al mismo precio que pagaría hoy”, aclara el especialista. Sin embargo, hoy el uso está “relacionado con una dificultad de que los ingresos no alcanzan para seguir manteniendo el nivel de vida. Y en esa misma línea es que en los últimos informes del Banco Central vemos un aumento de la morosidad de los consumidores con tarjetas de crédito”. 

Al igual que Lirussi, Cáceres explica que los cambios en la política económica, la recomposición de tarifas y el actual nivel de ingresos hacen que a la clase media trabajadora le cueste más mantener el nivel de vida que tenía. En relación al pago con tarjeta, el economista aclara que si detrás del uso de ese medio de pago hay educación, una estrategia financiera y cierto orden, no se trata de algo perjudicial. Todo lo contrario sucede si esas condiciones no existen: “es por lo menos una luz amarilla que hay que levantar porque no pueden mantener su nivel de vida, más si en la práctica es para comprar comida”.

Lirussi explica: “Antes, el salario antes alcanzaba para vivir y satisfacer alguna de las necesidades “de lujo”, que en realidad no lo son. Que puedas ir al cine o sentarte a tomar un café no es una necesidad básica pero hace a tu calidad de vida y hoy no lo podés cubrir. La pérdida de poder adquisitivo es lo que lleva a que busqués otras vías de financiamiento. Entonces, te financiás a través de la tarjeta de crédito,que es nada y ni nada menos que endeudamiento futuro”. Agrega “y cuando empieza el mes parte de tu sueldo viene a cubrir esa deuda que te generó la tarjeta de crédito y lo que te queda no te alcanza para financiar el consumo de la canasta básica”.

La morosidad en las tarjetas aparece cuando las personas no pueden pagar el total del resumen. Entonces, algunos/as deciden pagar el mínimo o un monto parcial. Cáceres explica que la tasa de interés de esa mora es mayor que la de un préstamo personal otorgado por el banco. “Pagar el mínimo de la tarjeta casi siempre es la peor alternativa”, aclara. 

“Lo normal en Argentina es que las familias estén endeudadas en un rango que va del 20% al 30% de sus ingresos. La situación se vuelve complicada cuando el nivel de endeudamiento, en relación al ingreso, supera el 40% o 50%”, explica Cáceres. “En ese punto, ya se trata de un problema bastante grave, porque quedás atado” y agrega “para ser sincero, el nivel de crédito en Argentina sigue siendo bajo. No es un gran problema en la práctica, pero sí estamos viendo problemas de morosidad, incluso en el sector privado”. 

Supermercados: ventas sujetas a las fechas de las tarjetas 

¿Qué pasa en San Juan con el uso de tarjetas de crédito? Para averiguarlo Catalejo consultó a representantes de diferentes sectores. El presidente de la Cámara de Supermercadistas de San Juan, Mario Gee, comparte que a fines de 2024 percibieron un aumento en el uso de medios de pago virtuales en general ya que la gente intentaba aprovechar diferentes tipos de reintegros ofrecidos por los bancos. Sin embargo, “después hemos notado que, a partir de marzo o abril, ya prácticamente los bancos dejaron de hacer ese reintegro, que era más que nada por pagar con débito, y utilizan más la tarjeta de crédito”. Gee explica que, por el uso de tarjetas de crédito, suelen tener más ventas del 1 al 10 de cada mes. Luego la venta “decae un poco y vuelve a partir del 25 en adelante por el cierre de las tarjetas”. La fecha no es azarosa, hay una posible interpretación: “El que no tiene crédito al principio de mes espera al 25 para poderse estirar un mes más”. 

Gee también comparte que actualmente, al menos dentro del rubro supermercados a nivel local, no hay prácticamente ofertas de compras en cuotas sin interés. Explica que “por ahora los bancos están un poco retraídos”. Y en relación a la preferencia de los comerciantes por hacer ventas con crédito u otros medios de pago, afirma con contundencia: «hoy ningún supermercado se da el lujo de abstener en nada. Todo lo que sea venta, sea tarjeta, crédito o débito o a través de una aplicación, será bienvenido porque el comercio está en una crisis de ventas». «Si el ciudadano no consume no podemos hacer ventas. Sin ventas no tenemos rotación de la mercadería y si no tenemos rotación de mercadería tampoco podemos sostenernos», concluye. 

Combustible: caída en las ventas y problemas de rentabilidad por pagos electrónicos 

El presidente de la Cámara de Expendedores de Combustible de San Juan, Miguel Caruso, explica cuáles son los medios de pago más frecuentes y cómo se encuentran las ventas en el sector. En primer lugar, comparte que en el último año y medio hubo un cambio radical en relación al uso de dinero “en mano” y de medios de pago electrónicos. Antes la relación era: 80% efectivo “billete” y 20% medios electrónicos; mientras que actualmente es a la inversa: 80% medios electrónicos y 20% pago en billetes. El cambio tiene que ver con la digitalización, las modificaciones en los hábitos de compra y sobre todo con promociones que ofrecen las petroleras por el uso de determinadas aplicaciones. 

Del 100% de los pagos digitales el 80% corresponde a pagos con QR, y de ese porcentaje el 90% corresponde a pagos con dinero disponible, un 7% con tarjetas de crédito y un 3% con débito. El otro 20% de los pagos electrónicos se hacen a través del posnet, un 60% con tarjetas de débito y un 40% con crédito. En conclusión, el crédito no es el medio de pago predominante en este rubro, aunque Caruso aclara que sigue representando un monto importante. Quizás uno de los tantos motivos por los que el pago con crédito para la compra de combustible no es mayor tiene que ver con que en este rubro los pagos son siempre en una sola cuota.  

El presidente de la cámara de expendedores agrega que los pagos electrónicos- con billeteras virtuales, débito o crédito- “generan un alto costo financiero a las estaciones de servicio” e impactan en un 11% de la rentabilidad, aproximadamente. Aclara: “los medios de pago digitales son prácticamente socios nuestros”. Entre ellos, Mercado Pago se encuentra a la cabeza. Por ejemplo: prefieren que un cliente abone con tarjeta de crédito en posnet antes que con billetera, débito o crédito a través de la mencionada aplicación. A esto se suma que la venta de combustible decrece desde hace tiempo. Desde 2018, “venimos arrastrando un 20% de caída del consumo en el combustible líquido y un 30% en el GNC”. “Hay una supuesta reactivación en el consumo de combustible, pero eso no pasa en San Juan, pasa en otras ciudades. Nosotros venimos con diecisiete meses consecutivos de caída de la venta”.

En el rubro farmacias sucede algo similar. Carlos Otto, secretario legal y técnico de la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias, comenta que hay un aumento sustancial en el uso de los medios electrónicos de pago. Aclara que eso no sucede específicamente con las tarjetas de crédito porque esa opción genera un alto costo financiero para las farmacias y porque, en general, en la compra de medicamentos hay una cobertura de la obra social. Lo que sí ofrecen algunas farmacias, sobre todo las más pequeñas, es la posibilidad de acceder a tener una cuenta corriente regulada a treinta días.

Comercio: combinación de tarjetas y créditos propios 

El presidente de la Cámara de Comercio de San Juan, Hermes Rodríguez, comenta que en el comercio sanjuanino el uso de la tarjeta de crédito representa alrededor del 50% de los medios de pago. “Los primeros días del mes el 50% o 60% te paga con efectivo o con débito pero después del día 10 de cada mes, esto viene sucediendo ya hace dos años, todo el mundo saca la tarjeta”.

Rodríguez también comparte que desde el día de la madre, en octubre de 2024, comenzaron a observar que alrededor del 30% de los/as consumidores/as tenían que recurrir a más de una tarjeta porque el cupo de una sola no les alcanzaba. También identificaron que había varios rechazos de las tarjetas al momento de realizar los pagos. A raíz de esa situación, explica Rodríguez, algunos comercios decidieron comenzar a otorgar créditos propios “en el afán de poder seguir vendiendo”. Agrega que “en los departamentos, sobre todo los más alejados, ya se está usando el famoso crédito de la casa en reemplazo de la tarjeta de crédito”.

Respecto a los créditos otorgados por los comercios locales, el titular de la cámara señala que actualmente la morosidad está entre el 30% y el 40%. Aclara que si bien es un porcentaje alto, esta cifra fue mucho más elevada entre fines de 2023 y principios de 2024: “Ahí fue tremendo, del 70%”. Además, comenta que actualmente la gente intenta cuidar el acceso a los créditos de negocios locales por necesidad. “Sabe que si  no tiene crédito no tiene acceso a nada. Para el día del padre yo veía colas y me decían “están pagando y quedando al día para poder renovar el crédito y hacer el regalo”.  

Las salidas 

¿Cómo salir del círculo vicioso del uso de diferentes formas de crédito para poder sostener el acceso a bienes y servicios esenciales? Lirussi considera que no habrá “reactivación económica si el consumo sigue cayendo, y la apertura de las importaciones ayuda bastante poco a la reactivación. Creo que la única salida es un plan keynesiano, es decir, el Estado tiene que inyectar dinero en la economía si quiere reactivarla”. También hace otra lectura, política. “La percepción es que hay un Buenos Aires, ciudad autónoma, y un resto del país, como si fueran dos argentinas absolutamente diferentes. Están gobernando para ese centro que tiene las condiciones, que tiene las capacidades, y que va a consumir porque hay ciertos sectores que siguen consumiendo”. 

Por otra parte, Cáceres cree que la salida depende de dos aspectos: por un lado, que las familias puedan mejorar sus ingresos y eso también depende de que “la actividad repunte de una manera homogénea y no tan heterogénea, porque hay sectores que la verdad que han crecido mucho en estos últimos 12 meses pero hay sectores que no han repuntado”. Por otro lado, podría mejorar si las personas tuvieran la posibilidad de acceder a tasas de crédito razonables o que incluso desde el gobierno existan incentivos para bajar los intereses.

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