Alerta disidente

Alerta disidente

Me duele el cuerpo y el alma… Me hierve la sangre y me pesan los huesos (soy una muchachita con huesos grandes, imagínense). Yo creo que todo esto que siento es por lo que pasa a mi alrededor, que no es que pase en el aire, pasa en cuerpos e identidades concretas y para ser realmente justo, pasa hace décadas, siglos, muchos años.

Hace unos días que vengo pensando que haber devenido en estudioso de la realidad (nuestra realidad), me ha tornado extremadamente sensible. Yo no sé si esto en el mundo científico (tan masculino y varón) me vaya a jugar en contra. Aunque hay lugar/oportunidades para que las cosas giren hacia otros estilos, donde las emociones y afectividades tienen valor y son herramientas para el cambio y la transformación. Esto, capaz, también tiene que ver con nuestros artilugios para invertir todo, con nuestra astucia para colarnos en espacios de donde siempre nos excluyeron.   

Creo que también puede ser por mi formación. El Trabajo Social necesita conmoverse con lo que sucede en la realidad, esa realidad donde construimos objetos de conocimiento y de nuestra intervención. Un espacio del que también formamos parte, instancia que se torna problemática al hablar de distancias óptimas, porque… ¿cuánto podemos distanciarnos (o abstraernos) objetivamente de eso que (nos) sucede?

Otra posición desde donde pensar toda esta rabia tiene que ver con mi propia identidad, con toda esa experiencia que traemos con nosotres quienes formamos parte de la disidencia sexual. Desde hace algunos años me propuse generar conocimiento acerca de nuestro activismo y de todas las políticas implementadas, a partir de las cuales construimos visibilidad en este territorio que es San Juan: “Coloreando el desierto…”, dice la primera parte del título de mi tesis doctoral.

Anoche me costó mucho dormir, justamente porque ayer explotaban en las redes y en medios locales novedades que nos tenían como protagonistas. Nada que nos hiciera alegrarnos, solo episodios para sumar a las oscuridades que nos circundan, manifestaciones de la violencia cisheteropatriarcal. Por un lado, dirigidas hacia espacios que frecuentamos y por el otro sobre una de nuestras compañeras trans. Estos eventos me hicieron resonar muchos otros, que han tenido lugar aquí, en este desierto que intentamos convertir, desde hace más de una década y más (nuestros primeros intentos de organizarnos datan de fines de los 80’s) en un lugar más habitable para nosotres.

Y en una suerte de aportar pruebas empíricas a la necesaria existencia de nuestras luchas, en un intento por zamarrear la quietud en la que a veces nos encontramos, me propongo compartir con ustedes algunos de esos eventos. Es solo un listado de años y situaciones concretas. En algunos casos reservaré los nombres propios, cuando hable de fatalidades voy a consignarlos, como una suerte de evocación a la memoria de quienes ya no están. Este listado puede extenderse, siempre hay algo que se nos escapa… Además, existen situaciones que tienen lugar frente a la mirada de otros y terminan siendo invisibilizadas (como si una nube de indiferencia nos envolviera en ese preciso momento). Hay voces acalladas, a veces por conveniencia, a veces porque no hay cuerpo que aguante esos procesos tan burocráticos y revictimizantes mediante los cuales buscamos justicia. En fin, aquí algunos de esos sucesos:

2010

-Mientras la disidencia se organiza apuntando a una primera Marcha del Orgullo, se producen allanamientos en las casas de activistas. 

2011

-Diciembre: Mario Vega “Perla Mora” es asesinado.

2014

-Enero: Crimen de Odio de Carlos Echegaray.

-Marzo: Crimen de Odio de Jorge Espíndola.

2015

-Abril: Detienen a una pareja gay por besarse en el parque.

-Mayo: Muere Yésica Bloom a causa de la inyección de silicona líquida en una intervención casera.

2016

-Temores en el activismo de la disidencia ante posibles cierres de Consultorios de la Diversidad.

2017

-Julio: Prohíben donar sangre a un joven gay.

-Noviembre: Se visibiliza la experiencia de dos niñas trans en San Juan y la lucha encaminada por sus padres. Mencionan haber sufrido violencia en el ámbito comunitario, en las escuelas y por parte de profesionales de la salud.

2018

-Marzo: Ataque de odio hacia un joven gay.

2019

-Octubre: Una niña trans se visibiliza en su escuela. Los padres de sus compañeros presentan una nota para evitar que se trabaje ESI en dicho establecimiento por contener “ideología de género”. 

2020

-Junio: Muere Doña María, intoxicada por monóxido de carbono, en la absoluta pobreza.

-Octubre: Abusan y golpean a una joven trans trabajadora sexual.

2021

-Junio: Reclamos por la real implementación del cupo laboral trans en San Juan.

-Septiembre: Discriminación hacia un trabajador del Concejo deliberante de Rawson.

-Noviembre: Una Joven trans sanjuanina es internada en Córdoba debido a complicaciones derivadas de la inyección de aceite de avión en su cuerpo. 

2022

-Marzo: Criminalizan a activistas sanjuaninas por una pintada.

-Agosto: Joven gay fue expulsado de boliche. 

Mujer trans denuncia mala praxis en el hospital.

2023

-Febrero: Chica trans es golpeada por taxista.

Mujer trans sanjuanina fallece en La Rioja luego de ser atropellada.

-Junio: Discriminación en boliches: niegan el ingreso a una dragqueen y a mujer trans.

-Agosto: Ataques a nuestros espacios de encuentro

Atentan contra la vida de una compañera trans.

Yo agregaría más, de esas cosas que nos suceden y quedan guardadas en silencio. Situaciones que están presentes en nuestras vidas cotidianas, en nuestros trabajos, en los sistemas educativos, espacios de salud, las familias. Cuando señalaba unos párrafos anteriores esto de zamarrear la quietud, me refiero a que más allá de todos los avances sucedidos (que no se pueden negar, se reconocen) es necesario que estemos en alerta y desconfiar de las “buenas voluntades” como las nombra una activista trans sanjuanina. Hace tiempo veía una entrevista a Marlene Wayar donde señalaba: “nuestras marchas son todos los días” y no puedo estar más de acuerdo con eso.

A mí me agota que se jacten de tener gestiones inclusivas, o amigables con las disidencias, porque mucho de eso que ostentan, no sería posible sin la existencia de nuestros reclamos, sin el activismo que siempre está golpeando puertas. Muchas de las acciones de las que se jactan no tendrían lugar sin el trabajito de hormiga que hacemos nosotres. A mí me suena muy hipócrita. Sostienen ese discurso, pero nunca están cuando tienen que estar, a ver: ¿cuántas veces han subido a los escenarios de las Marchas a expresar este supuesto apoyo?…

Cuando es necesario brindar respuestas a nuestras problemáticas nunca están preparados, desconocen las normativas internacionales y las de nuestro país, les faltan capacitaciones. En esos momentos salen con la gota chorreándoles por la frente a buscarnos. Prometen de todo, pero no se comprometen con nada. Y es urgente que nos pongamos firmes y ampliemos nuestros horizontes, porque hay generaciones que vienen a las que les siguen negando lo que a nosotres cuando fuimos niñes, y porque hay otres que están envejeciendo y ahí necesitamos pensar esas condiciones en las que vamos transitar nuestros últimos momentos.

En “El pensamiento heterosexual” (1992), Monique Wittig señaló: “Tu-serás-heterosexual-o-no-serás”, frase que da cuenta de la obligatoriedad de adscribir a un sistema heterosexual que ordena las relaciones sociales. Nosotres: disidimos.  Capaz nos tildan de kilomberas o aguafiestas, pero si es el mote que vamos a recibir por luchar por nuestros derechos, bienvenido sea.

Lic. Sergio Gonzalez

Trabajador social, docente de la FACSO-UNSJ, Becario Doctoral de Conicet 

Un comentario en «Alerta disidente»

  1. Conmovedoras y urgentes tus palabras queride, escritas desde el afecto. Me recuerdan las de Lemebel,» hay niños que van a nacer con una alita rota, y yo quiero que vuelen, compañero»

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