¿Cómo se vive el cáncer de mama en un cuerpo biológicamente masculino?

¿Cómo se vive el cáncer de mama en un cuerpo biológicamente masculino?

En Argentina, aunque el cáncer de mama es una realidad para muchas mujeres, es una enfermedad ignorada entre los hombres. En San Juan, la masculinidad hegemónica perpetúa el mito de “a mí no me va a pasar”, lo que retrasa  el reconocimiento de esta enfermedad y los diagnósticos generales en varones.

Según la Sociedad Argentina de Mastología (SAMA), en Argentina se diagnostican 220 hombres con tumor mamario por año. A lo largo de la nota, cuando hablemos de hombres, varones y cuerpos masculinos haremos referencia a personas con una anatomía y características sexuales masculinas asignadas al nacer, independientemente de su identidad de género. 

El cáncer de mama sucede cuando las células cancerosas crecen sin control en el seno y sobrepasan en número a las células normales. A pesar de que 1 de cada 8 mujeres tiene o tendrá cáncer de mama, esta enfermedad no distingue sexo y alcanza también a los varones, debido a la presencia, aunque mínima, de tejido mamario. 

Los hombres suelen asistir menos al médico, en parte por las construcciones sociales que refuerzan la idea de que “el hombre fuerte no necesita ayuda” o de que reconocer síntomas es una muestra de debilidad. En el año 2024, según los datos de la Obra Social Provincia- la obra social con mayor cantidad de afiliados en San Juan- los varones realizaron el 36,14% del total de las consultas médicas registradas. Esto quiere decir que solo tres de cada diez chequeos son hechos por hombres. Estas cifras demuestran no sólo la menor frecuencia con la que ellos consultan, sino también el tipo de vínculo que establecen con el sistema de salud: puntual y menos preventivo.

En la provincia, no hay datos oficiales precisos sobre cuántos varones padecen o mueren por cáncer de mama, lo que genera la invisibilización del problema, y en consecuencia, falta de campañas y recursos dirigidos a su detección precoz.

Aunque los casos de cáncer de mama no son el absoluto de toda la población masculina, existen historias que permiten visibilizar la problemática antes mencionada.  

José Antonio Vitelli, de 65 años, es oriundo de San Juan pero vive en Canadá desde hace dos décadas. Regularmente asiste a chequeos médicos para corroborar que su salud esté bien, y fue así como su doctor detectó una anomalía en los análisis. 

¿Qué aumenta el riesgo de tener cáncer de mama?

Según Alejandro Sosa (MP: 2905), médico ginecólogo del Hospital Rawson, hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de que un hombre desarrolle cáncer de mama. Uno de ellos es la edad, la mayoría de los casos se da en hombres de entre 60 y 70 años. Tener antecedentes familiares es otro factor importante; si algún pariente cercano tuvo esta enfermedad el riesgo aumenta.

Los hombres que heredan ciertas mutaciones, como los genes BRCA1 o BRCA2 – por las dos primeras letras de «cáncer de mama» en inglés breast cancer – tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Mientras que el riesgo de la población masculina en general es del 0,1%, este porcentaje se eleva alrededor del 1 % con BRCA1 y puede llegar a aumentar un  7 u 8 % con BRCA2. 

El estrógeno también influye. Cuando un hombre tiene niveles elevados (ya sea por terapias hormonales, sobrepeso, consumo excesivo de alcohol o enfermedades hepáticas) el riesgo aumenta. En relación con esto, existe el síndrome de Klinefelter, una condición genética poco común en la que el hombre nace con un cromosoma X adicional, lo que hace que su cuerpo produzca más estrógeno.

Sin embargo, más allá de los factores biológicos, hay un riesgo que no se tiene en cuenta y es la dificultad de los varones para hablar de su cuerpo, revisarse o consultar a tiempo. El médico clínico, Juan Carlos Tizcornia (MP:3547), explica: “desde la facultad ya nos decían que los hombres se enferman menos, pero se mueren antes. Las mujeres enferman más, pero viven más. Y eso más que nada nos lo decían como para ejemplificar los errores de estadística”. En este sentido, aclara que la cantidad de enfermedades es igual, pero como los hombres consultan menos, suelen llegar a las consultas con un estado de salud más deteriorado.  

Para comprender esta actitud, es necesario ver más allá de lo que sucede en el área de salud. La relación de los sanjuaninos con su cuerpo está fuertemente vinculada con los mandatos sociales. La socióloga sanjuanina Leila Graham destaca que “la masculinidad tradicional condiciona al hombre a no mostrarse frágil ni vulnerable, y eso repercute directamente en su relación con el cuerpo y la salud. Consultar a un médico implica exponerse, y eso puede ser leído como una amenaza a esa imagen de fortaleza”.  

¿Cómo se manifiesta?

En los hombres, como en las mujeres, el cáncer de mama empieza en los conductos mamarios.  A veces, dentro de estos conductos, algunas células empiezan a crecer sin control. Cuando el crecimiento se queda dentro del conducto y no se extiende es una forma temprana de cáncer que si se detecta a tiempo se puede tratar antes de que avance. Pero si esas células atraviesan la pared del conducto y pasan al resto del tejido del pecho, pueden expandirse a otras zonas cercanas, como huesos o pulmones. A esto se lo conoce como metástasis. 

Los síntomas pueden ser un bulto, irritación, hundimiento, hinchazón o dolor en la mama, tener la piel de la zona más escamosa o enrojecida, y secreción del pezón.

“Cuando fui a mi chequeo de rutina, mi médica de cabecera me preguntó cómo había estado y le conté que una de mis mamas se había hinchado. A ella le pareció que podía ser algo hormonal y a partir de eso me hicieron una tomografía computada para evaluar mejor la zona”, explicó Vitelli.

¿Cómo se diagnostica?

En el caso de Vitelli, el diagnóstico se confirmó después de una biopsia mamaria que detectó la presencia de células cancerosas. Debido a los chequeos regulares, el cáncer fue descubierto en una etapa temprana, lo que le permitió acceder a un tratamiento a tiempo y aumentar las posibilidades de curarse. El cáncer de mama puede clasificarse en cinco estadios, del 0 al 4, según su avance. 

Para que un paciente pueda recuperarse, es clave detectar el cáncer de mama en estadios tempranos (como el 0 o el 1). Para conseguirlo, se utilizan tres niveles de detección que son: primario, secundario y terciario. Si se identifica la enfermedad en los dos primeros, existe un margen de ocho años para actuar a tiempo y salvar la vida del paciente. Sosa declara que “la detección temprana es lo que marca la diferencia. Un diagnóstico a tiempo cambia todo el pronóstico”.  

Según SAMA, los tipos de exámenes que se realizan en un paciente son: el examen clínico de mama, donde el médico palpa las mamas y las axilas para detectar un bulto; los estudios por imagen; y la biopsia que es la extracción de muestra del tejido mamario. 

No obstante, muchos hombres no se imaginan que podrían desarrollar un tumor mamario, lo que retrasa la consulta y el diagnóstico. La psico-oncóloga Florencia Peña asegura que, en varios casos, hablar sobre esto sigue siendo un tabú, relacionado con la idea de que revisar los pechos es algo ajeno al cuerpo masculino.

¿Cómo influye el entorno del paciente?

Una vez que las pruebas dieron resultado positivo para cáncer de mama la vida de Vitelli se pausó por un momento. “Me operaron, enviaron el tumor a la biopsia y a los diez días me llamaron con los resultados. Me tomó una semana, después de saber el diagnóstico, contarle a mi esposa. Ella es muy intuitiva, me preguntaba si ya sabía algo, pero yo le decía que no. Me tomé ese tiempo para poder juntar a mi familia para darles la noticia”, explicó Vitelli. 

Para los pacientes oncológicos el apoyo de su familia es fundamental. Peña explica que “la familia funciona como sostén emocional y guía. Un entorno saludable ayuda al paciente a adherir al tratamiento, afrontar la enfermedad y tener una mejor visión de lo que le sucede. Cuando hay acompañamiento amoroso, el impacto emocional se transita mejor”. 

“Me costó mucho decírselo a mi esposa y a mis hijos, pero después tuve su apoyo. No soy de investigar en Internet sobre las causas o tratamientos. Mi hija, que es enfermera, se encargó de eso. Yo preferí no saber tanto” expresó Vitelli.

¿Qué sigue después del diagnóstico?

En el caso de José, los médicos le realizaron una mastectomía para extirpar todo el tejido mamario en el lado que tuvo cáncer. “Por suerte, se detectó en un estadio temprano. La doctora me explicó que hay grados de cáncer y eso determina el tratamiento. En mi caso, fue un grado leve”. 

Alejandro Sosa explica que el proceso de curación para los pacientes se apoya en tres pilares: la cirugía, la radioterapia y el tratamiento sistémico. Este último puede ser quimioterapia, que son medicamentos vía oral o inyectables, y hormonoterapia, que son medicamentos vía oral. El tipo de tratamiento depende de la etapa en la que se encuentre el paciente. 

Basándonos en los datos brindados y los testimonios de los profesionales, podemos visualizar cómo las estructuras culturales actuales provocan que los hombres se limiten a la hora de cuidar de su salud. El caso de Jose Vitelli es la prueba de que un chequeo a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. A partir de esto, resulta necesario cuestionar ciertas acciones moldeadas por el patriarcado, que limita a los hombres priorizar el cuidado de su salud. 

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